El otro día recibimos
la visita de alumnos y alumnas de un colegio. En la visita, a los niños y niñas les hacían un pequeño
recorrido por la universidad. Posteriormente, nosotros teníamos que preparar un
taller con diferentes juegos.
Concretamente, nuestro
grupo tenía preparado tres juegos: caballería, imitación de animales y un juego
en el que tenían que asociar los ingredientes de dos recetas de una manera muy divertida.
Realizamos los tres juegos con los dos grupos de niños y niñas que pudimos
tener en nuestro taller.
Fue una experiencia muy
buena, aunque muy corta, puesto que nos hubiese gustado poder compartir más
tiempo con ellos.
Tanto el proceso de
preparación del taller como la experiencia con los alumnos y alumnas, nos ayudó
a comenzar a sentir como es el contacto con los niños y niñas como futuros docentes. Además, de realizar un trabajo en equipo teniendo
que utilizar nuestra imaginación y creatividad para la creación de un taller
divertido y variado.
Sin duda, esta
experiencia sirvió sobre todo para poder evaluarnos nosotros mismos, dándonos cuenta de las capacidades y
limitaciones que tenemos a la hora de enfrentarnos a una clase. Así como la
necesidad de ir consiguiendo mejorar y aprender de estas experiencias y en
nuestro trato con los niños y niñas.
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