Metodología
docente: exceptuando los años de infantil donde
los docentes eran más dinámicos y las actividades más cooperativas; en la primaria las clases empezaron a ser muy
monótonas basándose en la explicación del profesor que seguía un libro, nosotros teníamos que hacer ejercicios para posteriormente hacer el examen
y esperar una nota final y, en eso se limitaban nuestras clases día a día.
A medida que nos íbamos
haciendo “mayores” recordábamos cada vez a más profesores desmotivados con su
trabajo, demasiado cansados para proponer alguna actividad que se saliera de la
rutina, pronto todas las clases se fueron convirtiendo en un “rollo”
exceptuando la de aquellos profesores más innovadores y entusiastas que nos
lograban sacar de esa monotonía aunque solo fuera durante su hora de clase. Y
así se fueron transformando las clases, de divertidas e innovadoras en infantil
a empezar a ser repetitivas y monótonas en primaria para culminar llegando al
extremo de la repetición, memorización y monotonía en el instituto.
Relaciones:
en cuanto a las relaciones tanto con los docentes como mis compañeros, en resumen,
fueron bastante buenas. Recuerdo que no
supuso ningún problema para mí habituarme a ir al colegio, al contrario, desde
el principio me gustó mucho. Me encantaba estar con mis compañeros, pronto
conocí a una niña que se convirtió en mi mejor amiga durante toda esta
etapa; pero lo que más me motivo a
sentirme cada vez mejor en el colegio fue la maestra que tuve en los primeros
años de mi vida escolar a la que todos conocíamos como la señorita Nati.
A medida que pasaban
los años, ya todos los docentes no te caían bien como anteriormente. Ya
empezabas a hacer comparaciones prefiriendo más a esa “seño” que a ese “profe”,
porque te gustaba más esa materia que otra o simplemente la manera de ser o de
dar clase de ese determinado docente te motivaba más y hacía que fueras con más
entusiasmo a su clase. En cuanto a las relaciones con mis compañeros éstas no cambiaron
mucho durante toda mi etapa en primaria, aunque siempre te llevas mejor con
unos compañeros que con otros, todos nos llevábamos bien. Desde que entré al
colegio siempre había tenido a los mismos compañeros hasta sexto de primaria
que mezclamos las clases, lo que nos permitió relacionarnos con más compañeros
además de los que habitualmente estábamos acostumbrados.
Organización:
- Institución: estudié en el colegio Virgen de la peña que era un colegio público.
- Materiales y mobiliario: en la clase normalmente estábamos sentados en filas de uno (una vez pasada nuestra etapa en infantil) la clase estaba orientada hacia la pizarra y la mesa del docente, y tradicionalmente decorada con algunos dibujos y contenidos académicos.
- Actividades lúdicas: disfrutaba muchísimo compartiendo con mis amigas, con los juegos de clase, con las salidas al patio, con las fiestas que organizábamos como las fiestas de disfraces, también recuerdo las primeras fiestas de fin de curso en las que todos salíamos muy nerviosos a bailar la coreografía que llevábamos ensañando semanas para que nos vieran nuestros padres o en la época navideña cuando comenzábamos con la representaciones del Belén.
- Servicios: durante algún tiempo asistí a clases de inglés que se impartían como actividad extraescolar en mi colegio.
Entorno:
En general, los padres hablando sobre todo de los míos, estaban implicados en
la educación de sus hijos y se preocupaban por sus intereses en la escuela. De
hecho, muchas madres participaban en el AMPA del centro organizando muchas
actividades en beneficio de las familias y de los alumnos.
Evaluación:
La evaluación se limitaba a las notas aunque también se le daba mucha
importancia al comportamiento en clase, personalmente siempre tuve buenas notas
y en general, en la clase eran pocos los alumnos/as que sacaban malas notas. En
cuanto a los castigos y premios, recuerdo que se imponían más castigos si te
portabas mal que premios para reforzar tu actuación cuando te portabas bien.
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